A veces, por circunstancias las herencias quedan un tiempo sin repartirse. No obstante, durante ese tiempo pueden generar gastos, o causar daños a terceros y en ese caso ¿son responsables los herederos? Te lo explicamos.
Cuando una persona ha fallecido y sus herederos todavía no han tramitado la aceptación o rechazo de la herencia, nos encontramos en una situación que se conoce como herencia yacente.
Como norma general, en estos casos, la herencia se encuentra pendiente de tramitar. La herencia dejará de ser yacente cuando los herederos tomen una decisión definitiva sobre ella, bien sea aceptándola o rechazándola.
Las deudas de una herencia no repartida
Durante el periodo de herencia yacente las deudas que pueda tener el difunto en el momento de su fallecimiento no desaparecerán ni se cancelarán de forma automática, sino que deben ser atendidas por los herederos.
Por lo que, los herederos son responsables de las deudas de la herencia aun no habiéndola aceptado o rechazado todavía. Tanto las que existían antes del fallecimiento de la persona como aquellas que puedan contraerse durante el estado de herencia yacente.
Si los herederos no inician la tramitación de la herencia, o bien proceden a su aceptación tras haber alargado el procedimiento de manera excesiva, pueden enfrentarse a sanciones por parte de la Administración Pública.
Los acreedores de una herencia no repartida
Además, el reparto de herencia puede ser reclamado judicialmente por los acreedores del fallecido, si ven vulnerado su derecho al cobro. En estos casos, los herederos también son responsables y los acreedores pueden interponer una demanda judicial contra ellos al no ver satisfecha la deuda contraída por el fallecido.
Una vez llegados a la vía judicial, será el juez el encargado de tramitar la herencia, condenando a los herederos a abonar las deudas pendientes a los acreedores, además de los intereses de demora y una indemnización por daños y perjuicios, si aprecia que han actuado sin la diligencia debida o con mala fe al no proceder con su aceptación.
Por este motivo, aunque los herederos no hayan decidido si aceptar o rechazar la herencia, deben procurar que las deudas del fallecido sean pagadas dentro de los plazos y de la forma correspondiente, ya que, independientemente de que se proceda a aceptar la herencia o no, serán ellos los responsables de toda la deuda que se haya generado durante el periodo de herencia yacente, así como de los intereses que se hayan podido generar.
Por lo tanto, es importante tener en cuenta que los herederos tienen la obligación de tramitar la herencia, para atender a las posibles deudas contraídas por el fallecido puesto que, en el caso de no atenderlas en tiempo y forma, serán ellos los responsables de hacerles frente, así como con a los correspondientes intereses que se hayan podido generar durante el periodo en que no fueron atendidas.
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