Finalizar un contrato de alquiler debería ser un proceso sencillo, pero con frecuencia se complica en el último paso: la devolución de la fianza. Si te encuentras en la situación de que tu casero no te devuelve el dinero o quiere hacer descuentos que no corresponden, no te preocupes, conocer tus derechos es el primer paso para defenderlos.
En este post te explicamos en qué consiste la fianza, para qué sirve y cómo reclamarla si el casero la retiene indebidamente, además de facilitarte algunos consejos para evitar conflictos desde el inicio de la relación contractual.
¿Qué es la fianza y para qué sirve?
De conformidad con lo establecido en el artículo 36 de la Ley de Arrendamientos Urbanos, al firmar un contrato de arrendamiento es obligatoria la exigencia y prestación de una fianza equivalente a una mensualidad de renta en el arrendamiento de viviendas, y de 2 mensualidades en el arrendamiento para uso distinto del de vivienda. Adicionalmente, ambas partes pueden acordar garantías complementarias (como por ejemplo, un depósito adicional), con un límite de 2 mensualidades de renta en los contratos de vivienda.
La finalidad de la fianza, ya sea la legal o la adicional, es garantizar que el arrendatario (o inquilino) cumplirá con sus obligaciones, tanto para el pago de la renta, como para la reparación de los daños que pueda causar en la vivienda.
Por lo tanto, el casero puede descontar de la fianza las rentas o facturas de suministros impagadas y las reparaciones por daños o desperfectos causados por un mal uso. Sin embargo, no puede descontar del importe de la fianza los daños causados por el desgaste por el uso ordinario y el paso del tiempo, o las reparaciones de conservación que son su obligación para mantener la habitabilidad de la vivienda.
¿Qué plazo tiene el casero para devolver la fianza?
El arrendador dispone de un plazo máximo de un mes desde la entrega de las llaves para examinar el estado de la vivienda, liquidar las posibles deudas y devolver el saldo de la fianza.
Transcurrido un mes desde la entrega de las llaves sin que se haya hecho efectiva la restitución de la fianza, la cantidad empezará a generar intereses legales.
¿Qué pasos debo seguir para reclamar la fianza no devuelta en plazo?
Si el plazo ha vencido y no tienes tu dinero, debes seguir estos pasos:
- Comunicación amistosa. A fin de evitar trámites más costosos y largos, es recomendable hacerle un primer recordatorio al casero.
- Requerimiento formal (burofax). Si no hay respuesta, el siguiente paso es enviar un burofax. Este medio deja constancia legal de tu reclamación y es fundamental si decides ir a juicio. En el escrito, tienes que exigir la devolución de la fianza, proponer una fase de negociación dando un plazo al arrendador previa presentación de la demanda judicial y advirtiendo que se empezarán a sumar intereses a la cantidad que debe devolverte.
- Además, el contenido del burofax debe adaptarse a la nueva normativa, y proponer formalmente al arrendador iniciar un procedimiento de resolución extrajudicial de controversias (cualquier MASC aplicable). Este burofax no solo sirve como prueba de la reclamación, sino también como acreditación del intento de solución extrajudicial exigido por la nueva ley.
- Intento de solución extrajudicial (MASC). Si el arrendador acepta iniciar el procedimiento extrajudicial de resolución, se inicia el proceso para tratar de llegar a un acuerdo. Por el contrario, si el arrendador rechaza la propuesta o no da contestación al burofax, se daría por cumplido el requisito de procedibilidad y se podría pasar a la vía judicial.
- Vía judicial. Si el burofax es ignorado o el requerimiento formal no llega a buen fin, la única opción que queda es acudir a los tribunales a través de un procedimiento judicial para reclamar la cantidad adeudada y los intereses devengados.
Más vale prevenir: consejos para que no te pase
Al inicio del contrato, es muy recomendable documentar el estado del inmueble mediante un reportaje fotográfico detallado, así como anexar al contrato un inventario del mobiliario y el estado de los elementos de la propiedad (paredes, suelo, electrodomésticos…), firmado por ambas partes.
Además, algunas comunidades autónomas obligan al casero a depositar la fianza en un organismo oficial habilitado para ello, por lo que, si procede, puedes pedir una copia del justificante de depósito para garantizar el cumplimiento de sus obligaciones.
Al finalizar el contrato, es importante que el inquilino deje la vivienda tal como le fue entregada, salvo por el desgaste producido por el transcurso del tiempo o por causa inevitable. A tal efecto, es importante volver a documentar cómo se entrega el inmueble.
Por último, debe firmarse el documento de fin de contrato, un escrito donde ambas partes confirman la finalización del arrendamiento y la entrega de llaves. Si el casero anota desperfectos con los que no estás de acuerdo, añade "no conforme" junto a tu firma.
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